La nueva generación de Espace ofrece un excelente confort, un diseño original, contenido tecnológico que sin ser innovador lo pone en la cabeza del segmento, una buena habitabilidad y un comportamiento ágil. Al final, el nuevo Espace no tiene ninguna dificultad para que olvidemos el anterior Espace y pueda brillar con luz propia. Ahora queda por ver si el mercado lo acepta o lo rechaza, a pesar de sus evidentes cualidades. Y es que tanta mezcla de conceptos (break, SUV, MPV) puede desconcertar a más de uno.
Historia
En 1984, fecha en la que apareció la primera generación del Renault Espace (aunque fuese originalmente un proyecto de Matra), el coche supuso toda una revolución. Adentrarse sólo en el camino de una arquitectura tan vanguardista tenía sus riesgos, pero el éxito fue tal que conquisto el mundo y toda la industria siguió los pasos de Renault, tanto generalistas como especialistas. Vamos, que el Espace inventó realmente el segmento de los monovolúmenes.
Stop. Antes de que me lapidéis por olvidarme del Dodge Caravan/Chrysler Voyager (que salió al mercado en noviembre de 1983) debo decir que no me olvido de ese minivan. Y es que si bien los dirigentes de Matra tuvieron la idea del Espace fijándose en los vans norteamericanos, el Voyager de 1983 no era más que un van, es decir, un minibus reducido a un formato de turismo. Incluso a nivel de diseño nunca fue realmente un monovolumen, pues en su silueta el capó siempre estuvo muy marcado; a diferencia del Espace donde el parabrisas era una prolongación del capó.
Pero sobre todo Renault añadió a la propuesta de Matra una innovación que puso al Espace bajo los focos de la industria. El Espace contaba con un habitáculo realmente modulable que lo convertía en un espacio acogedor. Por ejemplo, en una pausa en el camino, los asientos delanteros giraban hacia atrás pudiendo transformar el asiento central trasero en una mesa. ¿Para qué? Decidir del destino de uno de tus astilleros con tus socios. O echar una partida de mus. El por qué era un poco irrelevante, habida cuenta de los esfuerzos necesarios para poder reorganizar el habitáculo del Espace. ¿En el fondo, cuántos usuarios utilizaron realmente esas posibilidades? ¿Cuántos usuarios desistieron de usar el inmenso volumen interior de su coche porque no tenían donde dejar los pesados asientos (de 22 a 14 kg cada uno, según la generación) y montados sobre raíles una vez desmontados? Muchísimos, según la propia Renault. Si a eso le añadimos que el segmento de los monovolúmenes en Europa está en caída libre desde hace varios años, tenemos la respuesta a por qué Renault tardó tanto en renovar el Espace.
Motor
Tres son los motores que Renault propone en el nuevo Espace, dos diésel y un gasolina. En diésel la gama arranca con el dCi 130 (1.6 litros; 130 CV; 320 Nm y 4,4 l/100 km d emedia) asociado a un cambio manual de 6 relaciones. A destacar que en este caso la consola central pierde el hueco que hay debajo para guardar objetos. El segundo diésel es el dCi 160. De 1.6 litros de cilindrada, este motor biturbo eroga 160 CV y entrega 380 Nm para un consumo medio anunciado de 4,6 l/100 km. Va asociado a un cambio automático de 6 marchas. Por último, Renault propone en gasolina el TCE200, es decir el 1.6 litros turbo del Clio RS (200 CV; 260 Nm y 6,2 l/100 km) asociado a un cambio automático de 7 relaciones.
En esta toma de contacto sólo estaban disponibles el dCi 160 con acabado Intense (el más alto por debajo del Initiale Paris) y el TCe 200 con acabado Initiale Paris. A destacar que en España, el Initiale Paris sólo estará disponible con el motor dCi 160.
Precios:
dCi 160: desde 35.450 euros
TCe 200: desde 34.450 euros
Gama (dc130): desde 29.350 euros