El Chevrolet Onix 2016 LTZ con caja automática, cuya opción de transmisión está disponible desde abril del año pasado.
Con precios que van desde 175.300 a 199.200 pesos, el auto del Moño Dorado tiene varios atributos para complicar aún más la decisión sobre el “supercargado” segmento B (autos chicos).
Fabricado en Brasil sobre la plataforma global que comparte con los Prisma, Cobalt, Spin, Sonic y Tracker, el Onix tiene un diseño moderno, pero también agresivo, muy marcado por sus líneas de cintura ascendente y en sus ópticas delanteras y faros traseros.
La versión tope de gama tiene varias diferencias estéticas con respecto al Onix “base”. Las principales se encuentran en el diseño de las ópticas frontales, detalles cromados en el paragolpes delantero, presencia de faros antinieblas, parrilla cromada y espejos y picaportes de color carrocería. Las llantas a pesar de tener medidas idénticas, 185/65R15, en este caso son de aleación y diamantadas, con fondo en color negro.
Nuestra unidad tenía el portaequipajes y el rack sobre el techo para transportar bicicletas que se vende en todos los concesionarios oficiales Chevrolet. Por supuesto, también sirve para transportar bicis de otras marcas.
La posición de manejo es correcta, gracias a que la butaca del conductor se regula en altura. También el volante. El espacio interior es muy bueno si tenemos en cuenta las dimensiones exteriores del vehículo. Si atrás viajan dos adultos, el espacio para las piernas es muy bueno. El diseño del tablero es similar al de algunas motos. Tiene un display digital con velocímetro, tacómetro y también cuenta con ordenador de abordo, con completa información como autonomía y consumo promedio, etc. Como muchos autos de hoy en día, no posee indicador de temperatura del motor.
En la consola central se encuentran los comandos del aire acondicionado y el ya conocido sistema MyLink, que equipa a varios modelos de la marca y concentra las funciones del audio, con conectividad Bluetooth/USB/Aux.
El MyLink viene de serie en toda la gama y es muy intuitivo, fácil de usar. Es un gran punto a favor. También hay que destacar el control de velocidad crucero, con los controles ubicados en el volante, que está tapizado en cuero y son exclusivos de la versión LTZ con caja automática.
Las butacas delanteras ofrecen una buena sujeción lateral, el tapizado es de tela, con las costuras y algunos detalles en color naranja. El baúl tiene 280 litros de capacidad y los respaldos de los asientos traseros se pueden rebatir en un tercio y dos tercios.
El equipamiento de seguridad del Onix, como ya es costumbre en el segmento B (generalista), no trae sorpresas.
Salvo la alarma antirrobo, cierre automático de puertas en velocidad y las luces antiniebla delanteras, el nivel de seguridad es el mismo en todos los Onix.
Viene con ABS y doble airbag de serie, cinco cinturones de seguridad.
Un Chevrolet Onix con doble airbag fue sometido a una prueba de choque por LatinNCAP en diciembre de 2014. Obtuvo una calificación baja: sólo tres estrellas en protección de adultos y dos estrellas para niños.
El motor del Onix es uno solo para toda la gama: 1.4 8v de 98 cv y 126 Nm de torque, asociado a una caja automática secuencial de seis velocidades.
El consumo a velocidades legales es acorde. Los datos que recolectamos en más de 1.500 km recorridos fueron: 7,1 litros en ruta y 9 litros en ciudad.
La suspensión blanda y de largo recorrido es responsable de que en nuestras calles el andar sea muy confortable. No toca en ningún lomo de burro ni badén y aún circulando con el auto bastante cargado absorbe muy bien las pequeñas imperfecciones de nuestras calles y rutas.
El motor está bien insonorizado y a altas revoluciones tiene un sonido muy agradable, Chevrolet hizo un buen trabajo de acústica.
La caja automática -y sobre todo la marcha extra que trae- le sienta mucho mejor que la caja manual que probamos en el Prisma.
¿Por qué? Porque cada vez que se aprieta un poco el acelerador, para que el motor empuje de manera considerable, es necesario rebajar uno o más cambios, y con la caja manual estar permanentemente metiendo cambios se puede transformar en algo un poco tedioso.
La dirección en el uso urbano tal vez se siente un poco dura, pero eso se compensa brindando mayor seguridad a la hora de salir a la ruta. El diámetro de giro es justo y la dirección podría ser más directa.