El Ferrari Testarossa 1984 tiene un motor bóxer central trasero de 12 cilindros. Sustituyó en la gama al Ferrari BB 512, también de motor bóxer central. En vez de carburadores (como el BB 512), tiene la inyección BOSCH K-Jetronic por cada línea de 6 cilindros, con presión de gasolina a 6 kg/cm². En aquella época quería ser la versión del F1 para carretera, considerando que su velocidad de casi 300 km/h es excepcional para su década. No precisaba de aleron-spoiler, ya que el cristal delantero (parabrisas) era tan atrasado e inclinado, que hacía de alerón central. El fondo del coche era de chapa plano, para producir un efecto suelo que colabora con la estabilidad del coche a velocidades superiores a los 200 km/h. Quizás su escasa altura con respecto al suelo le ha quitado facilidad de maniobra en entradas de garajes, carreteras secundarias, baches, gasolineras, etc, y los clientes se han volcado a los nuevos modelos más cortos y altos.
Ferrari Testarossa 1984 no debe confundirse con el Ferrari TR (Testa Rossa), de finales de la década de 1950 y comienzos de la década de 1960. Estos fueron coches gran turismo deportivos, que se desarrollaron en el Campeonato Mundial de Deportes de automóviles, incluyendo las 24 Horas de Le Mans.
Características
Potencia: 390 CV a 6300 rpm
Velocidad máxima: 286 km/h
Transmisión: Manual de 5 velocidades
Ancho de vías: 1510 mm eje delantero. 1660 mm eje trasero
Historia
El nombre del Testarossa, que en italiano significa “cabeza roja”, proviene de la pintura roja en la cabeza plana de los 12 cilindros que tiene su motor. Por supuesto, el doble sentido con de este término en relación a mujeres pelirrojas fue intencional; de hecho, Ferrari y Pininfarina utilizaron regularmente términos descriptivos relacionados con el cuerpo de una mujer cuando se describe el estilo de sus automóviles.
El motor era técnicamente un V a 180°, con cigüeñal plano y cilindros opuestos. La potencia fue de 390 CV (291 kW), el coche ganó muchos admiradores y se hicieron bastantes pruebas de comparación, también apareció en la portada de la revista Road & Track nueve veces en sólo cinco años. En total fueron producidos 7177 Testarossas, por lo que lo convierte en uno de los modelos actuales de Ferrari más comunes, a pesar de su elevado precio y exótico diseño. El precio del Testarossa en los EE. UU. fue de $ 181.000 en 1989, incluidos 2.700 dólares de impuesto por su alto consumo de combustible. El precio inicial de venta en el Reino Unido fue de £ 62.666.
Las raíces de este coche se remontan al Ferrari 512 BBi de 1981. Ambos comparten la misma plataforma básica, a pesar de que al Testarossa se le instalaron amortiguadores FK de Ogiva doble en la parte trasera. El motor era demasiado similar, a pesar de que tiene 4 válvulas por cilindro. Una importante diferencia es la mecánica del radiador: el BB 512 tiene un único radiador en la parte delantera, mientras que el Testarossa tiene un par de extractores más pequeños a cada lado delante de las ruedas traseras. Ello exigía el distintivo lateral montado y las tomas de aire, así como la amplia carrocería. También ha contribuido en la reducción de la temperatura de la cabina, ya que las mangueras del radiador no se ejecutan en virtud de éste.
Aunque el Testarossa tuvo éxito en la carretera, no apareció en circuitos, a diferencia del 512 BBi, que lo habían hecho con menor éxito.
Este coche se convirtió en un sinónimo de los años 80 y en la actualidad desempeña una parte de la cultura retro de los 80. Esta popularidad hace de este modelo unos de los buques insignia de Ferrari, a pesar de su desaparición a mediados de los 90. Su popularidad hace que al día de hoy sea un modelo muy venerado por los fanáticos de la marca italiana, haciéndolo comparable con los modelos Lamborghini Diablo y Porsche 911, modelos insignias de las casas Lamborghini y Porsche respectivamente.