Toyota RAV4 2014 a precios desde € 25,990 en España

Toyota RAV4 2014 Toyota RAV4 2014 desde € 25,990 en España. La cuarta generación, la evolución del RAV4, y del segmento, se hace evidente. El RAV4, que perdió la variante de 3 puertas a lo largo del tiempo (fue con la tercera generación), se ha vuelto más familiar creciendo hasta llegar a los 4,57 m de esta nueva generación. Y es que la clientela, que en sus inicios apreciaba el aspecto robusto de un SUV para un uso urbanita, prefiere ahora coches más versátiles y mucho más amplios en sus habitáculos. Y si para eso es necesario prescindir de las aptitudes todoterreno del coche, que así sea.
Este Toyota RAV4 120D 4×2, destinado a ser el grueso de las ventas del RAV4 en España.
La carrocería del nuevo RAV4 recupera el lenguaje estético de la marca, no es ninguna excepción. Su mirada es agresiva, demasiado incluso para un SUV familiar de 120 CV, y su silueta es tan masiva como maciza. Y no lo es sólo por su diseño, especialmente el de la zaga, con grandes paneles de carrocería planos, lo es por sus dimensiones. Con respecto a la anterior generación ha crecido 3 cm en anchura y 20 cm en longitud, de los cuales 10 cm son directamente imputables a la batalla que pasa de 2,56 m a 2,66 m. Y eso se nota a bordo.
El espacio interior es una de las prioridades absolutas para muchos de los clientes de los SUV. (Tampoco digo que los SUV sean más espaciosos que las berlinas por el simple hecho de ser SUV, hay de todo). Y en el caso del RAV4, el espacio a bordo es una de sus mejores bazas. Las plazas delanteras son amplias, tanto en longitud como en anchura. Los asientos son cómodos y es fácil encontrar una buena posición de conducción para el conductor. Pero el RAV4 es un coche familiar, y eso se aprecia especialmente en las plazas traseras. Ofrece un espacio para las piernas que ya querrían para ellas muchas berlinas del segmento E. A excepción, quizá, del Volkswagen Jetta será difícil encontrar en el mercado hoy en día un coche con tanto espacio para las piernas en las plazas posteriores; para lago similar habría que irse a un Mercedes Clase S o BMW Serie 7.
La versatilidad es otro elemento importante en este coche. Los asientos traseros, por ejemplo, son regulables en hasta 8 posiciones, entre la inclinación del respaldo y la longitud de la banqueta. Y además, se pueden regular de forma separada entre asiento izquierdo y derecho.
Obviamente, el maletero es también un punto importante en un coche familiar. Y aquí el RAV4 de cuarta generación. Si el espacio interior del nuevo con respecto al anterior es como el día y la noche, pues ocurre lo mismo con el maletero. De entrada pierde el portón de apertura lateral, vamos que se abría realmente como una puerta. Ahora es un clásico portón que se abre hacia arriba, el cual es bastante imponente (en opción cuenta con apertura eléctrica). Toyota anuncia una capacidad de carga de 547 litros. Curiosamente es inferior a la del anterior RAV4 y sus 585 litros. Pero en el nuevo hay truco. Como el RAV4 prescinde de rueda de repuesto y opta por un kit de reparación, debajo del plano de carga tenemos un espacio adicional de carga de 100 litros, llevando el volumen a total a 647 litros y hasta los 1.746 litros con los asientos traseros abatidos.
Vale, no tiene rueda de repuesto, pero hoy en día, y para la mayoría de la clientela de un RAV4 4×2, es algo irrelevante. Incluso cuando un coche tiene rueda de repuesto, la cual no te permite pasar de los 80 km, la gran mayoría de la gente no se corta y llama al automóvil club/seguro/asistencia de turno. Al fin y al cabo, para eso se paga. Si el RAV4 fuese un tracción integral y realmente un todoterreno, la rueda de respuesta normal, y no de galleta, sería imprescindible. Pero no es el caso de este 120D 4×2.
En cuanto al 2.0 litros diésel ofrece una respuesta muy viva desde la zona baja de cuentarrevoluciones, dando la sensación que tenemos más de 124 CV a nuestra disposición. Sin embargo, cifras en manos (80 a 120 km/h en 11 segundos), está claro que es un coche muy plácido. Una pena porque ofrece un aplomo, una agilidad y una precisión de guiado que hacen pensar que un motor más gordo no le vendría mal. Asociado a un cambio manual, su manejo es mejorable. Los recorridos son un poco largos para mi gusto, pero al menos es relativamente preciso en su manejo. En cuanto al nivel sonoro, me pareció un tanto elevado con respecto a sus rivales. Un poco de aislamiento acústico no le vendría mal a este bloque diésel.
Toyota anuncia un consumo medio 10% inferior al de su predecesor, se establecería en 4,9 l/ 100 km. En nuestra prueba logramos un 6,5 l/100 km. Como siempre es una cifra muy alejada de la homologada, pero eso se debe al sistema de homologación y pasa con todos los fabricantes. En términos reales, es una cifra positiva, pues se inscribe en la media baja de sus rivales. Vamos, tal y como uno espera de un 2.0 litros turbodiésel. Aquí no hay milagros.

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